NUNCA
SE VA TAN LEJOS COMO CUANDO NO SE SABE HACIA DÓNDE SE VA
Si hay algo que os puedo decir, es que
estoy totalmente de acuerdo con esta afirmación y por eso decidí abrir el
primer capítulo de la novela con esta frase de Séneca. Desgraciadamente, la
sociedad en que vivimos, tan avanzada tecnológicamente, carece a todas luces de
unos valores y de un norte al que dirigirse. Lo estamos comprobando a diario.
El BREXIT, fruto de un populismo alimentado por el descontento de las clases más
desfavorecidas en el Reino Unido ––y cuyas
consecuencias, para los británicos y el resto de europeos, aún no se han hecho
ver en toda su dimensión––, es un claro ejemplo de ello. Pero hay muchos más.
Ayer me levanté con la noticia de que
el primer ministro húngaro ha anunciado un referéndum para que su pueblo se
pronuncie sobre las cuotas obligatorias de refugiados aprobadas por la Unión
Europa hace unos meses. ¿No es esta otra manera de alimentar al “Monstruo”? A
los populistas les conviene una sociedad desilusionada, desnortada y sin
futuro. Una sociedad a la que prometerle un día de mañana más soleado y mejor,
aún a riesgo de que ese mañana nunca llegue. Y para ello tienen que focalizar su
atención en los presuntos culpables de que hoy estemos así ––en un contexto
gris y con tantos nubarrones en el horizonte––. ¿No sucedió lo mismo en la
Alemania prebélica de los años 30 cuando surgió el nacionalsocialismo? La culpa, evidentemente, era de los judíos y
ya sabemos cómo acabó. A mi juicio, el problema que tenemos hoy en día radica
en una sociedad falta de valores y carente por completo de un proyecto
ilusionante.
Centrándonos en Europa, yo me hago una
pregunta: ¿qué es lo que ha ocurrido para que un proyecto común, tan loable
como hacer que un continente que durante siglos se ha estado peleando en
guerras fratricidas conviva en paz y en estado de armonía, haya llegado a
verse amenazado de esta manera? La respuesta que me doy es la frase de Séneca:
no tener un objetivo claro, no saber hacia dónde se va o, cuanto menos, no
haber sabido transmitirlo.
Hay un párrafo en el primer capítulo
de la novela, que escribí hace cuatro años, en el que la canciller alemana,
Adell Mertzler, charla con su equipo de confianza después de haber recibido,
unas horas antes, a la delegación encabezada por el Rey de España y su
presidente del gobierno, y haberse allanados estos en sus pretensiones de poner
en marcha la operación “Círculo Rojo”. En él, Mertzler, recuerda una reunión
acontecida en el año 2010 entre el entonces ministro de exteriores de ese país,
el presidente del Bundesbank y ella, y donde empezó a fraguar la idea que
concita la principal línea argumental de El Renacer del Monstruo. Os lo
transcribo tal cual ––habla Adell Mertzler––: “En muchas ocasiones durante esos años de la crisis había hablado con
los ministros y secretarios de estado de cómo sería el contexto geopolítico en
el año 2030 y todos coincidían en que el principal problema lo encontrábamos en
la falta de objetivos claros para Europa. Nuestros competidores tenían claro lo
que querían: Estados Unidos, conservar su hegemonía como primera potencia
mundial; China, convertirse en el país con mayor nivel de riqueza en PIB del
mundo a través de las exportaciones y de una incipiente clase media que crecería año tras año; Rusia, recuperar su
influencia sobre las antiguas repúblicas soviéticas… ¿Y Europa qué? Sin unas
ideas ni objetivos claros navegaríamos como barcos sin rumbo, a merced de las
corrientes y es muy posible que perdiésemos definitivamente nuestro tren para
convertirnos en la superpotencia que siempre soñamos”.
Yo no sé si Europa llegará a ser, o
será, una superpotencia económica o militar en el nuevo escenario geopolítico
que se abre a partir de ahora; lo primero, a día de hoy lo es ––aunque a muchos
nos cueste creerlo––. Lo segundo no ––y casi con toda seguridad que nunca
llegaremos a serlo––. Pero lo que está claro es que resulta primordial buscar
un proyecto ilusionante que nos vuelva a hacer, a todos, sentirnos orgullosos
de ser europeos. Y este proyecto a mi juicio pasa por la tolerancia, la cultura
y el respeto de los derechos humanos, tres valores fundamentales de las
personas, de los que tenemos que enorgullecernos, y en los que hasta ahora
hemos sido líderes indiscutibles a ojos del mundo entero.
Y recordad que si queréis contribuir a
construir un mundo mejor, plantad un árbol ;).º
SP.
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SINOPSISAño 2021. La sociedad española está al límite por los efectos de una de las peores crisis económicas de la historia de Europa. Tras unas elecciones generales, una coalición de partidos antisistema, dispuesto a cambiar radicalmente el insostenible panorama social y económico del país, obtiene la mayoría de los votos. Pero las altas instancias de la política y las finanzas —incluso más allá de nuestras propias fronteras— no están dispuestas a perder el control de la situación y utilizarán cualquier medio, lícito o ilícito, para recuperarlo.
En este desolador escenario, todavía queda espacio para la esperanza, el amor e incluso la felicidad de unos personajes que luchan por sobrevivir, más allá de los oscuros designios a los que son llevados por aquellos que manejan la política y la economía.
www.azetadistribuciones.es / 902 131 014
Página de Jorge Hernández: http://www.jorgehernandez-estudio.com
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