viernes, 26 de diciembre de 2014

Es el 2015 ¡Estúpido!

Por Sergio Polo
La semana pasada, departía animadamente con un buen amigo mientras tomábamos unas cervezas en la terraza de su casa, al solecito, cuando de pronto, se puso serio y mirándome con solemnidad, cambió su tono de voz distendido por uno mucho más grave y me preguntó:
––¿Tú también crees, Sergio, que el año que viene empezaremos a notar la recuperación?
Inmediatamente, con un acto casi reflejo, me puse serio y, tras mirar con ánimo circunspecto la etiqueta pegada al dorso de mi botellín, como si fuera a encontrar la respuesta allí mismo, alcé la mirada y, con toda la seguridad de la que fui capaz, le contesté:
––Tú y yo probablemente sí. También la mayoría de los trabajadores asalariados y los autónomos, los pequeños empresarios y los grandes, aunque de estos últimos son pocos los que no la empezaron a notar hace algún tiempo ya––. Mi amigo me miraba ahora de soslayo, parecía distraído con mis palabras mientras con tres dedos se afanaba en enrollar la pegatina que segundos antes había estado luciendo, decorosa, en el vidrio de su cerveza. Yo, para que no hubiera ninguna duda de que lo que hablaba lo hacía con convicción y desde unos más que elaborados fundamentos, me propuse explicárselo un poco––: Tú y yo, que tenemos experiencia, estamos cualificados y pertenecemos a la clase media, veremos cómo gracias a la bajada del IRPF incrementaremos nuestra renta disponible. Por otro lado, tú que tienes un negocio de cara al público y que ofreces comidas a un nicho de la misma condición social, igualmente verás que por esta circunstancia tu clientela acude más veces a tu empresa y que consume más.
––¿Por qué va a consumir más?–– me preguntó con retórica.
––Muy sencillo–– le respondí––, porque como ya te he dicho, por la bajada de impuestos va a aumentar su renta disponible y, además de esto, por otros dos motivos que te voy a precisar: el primero es porque seguramente su empresa va a ir mejor ya que es posible que los bancos vuelvan a financiarla y a darle crédito y esta circunstancia haga que por fin se aleje el fantasma del ERE que desde hace algún tiempo planea sobre su cabeza y la del resto de sus compañeros. Esto le va a generar confianza y ya no le importará tanto volver a gastar, aunque de manera comedida al principio, permitiéndose algún que otro pequeño lujo, que con el paso del tiempo y con la confianza dejará de serlo para convertirse, de nuevo, en algo habitual. El otro motivo, por el que ese cliente se verá arrastrado a acudir y a gastar en tu negocio, será gracias a que aquel amigo, con el que solía ir de cañas, encontrará de nuevo un empleo estable, o conseguirá, después de mucho tiempo, cubrir en el concesionario donde trabaja los objetivos de venta y llevarse de nuevo un variable a casa; o será su hijo quien encuentre un trabajo y se emancipe…, entonces este último llamará a su amigo y volverán a consumir.
Satisfecho, mi interlocutor asintió con una medio sonrisa de complacencia que me hizo, nada más verla, volver a ponerme en alerta y, para que él tampoco se relajara, le puntualicé:
––Pero no te equivoques que en este 2015, desgraciadamente, no todo va a ser alegría. Aún quedarán casi cinco millones de parados, tres millones y medio de larga duración, sin experiencia ni formación alguna y con un muy difícil encaje en el mercado laboral; un auténtico drama, sí; y una auténtica bomba de relojería en el interior de una sociedad, todavía cabreada, y que, aderezada con las necesarias gotas de populismo y en un año electoral, quién sabe, si se da la situación, ¡a dónde nos pueden llevar! 

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