domingo, 1 de febrero de 2015

La pequeña gangrena griega

Por Sergio Polo.

No sé si a vosotros os pasa, pero a mí me fascina la popularidad que está alcanzando últimamente el debate político en el que todo el mundo quiere opinar y aprovecha cualquier ocasión para llevarlo a cabo.
Ahora mismo la actualidad, en este tipo de acontecimientos, se divide en varios frentes y uno especialmente relevante se encuentra en Grecia y más concretamente en el futuro que se le plantea a ese país de la mano de Syriza. Ayer tuve la ocasión de ser espectador, en un bar de Sevilla, de uno de esos debates en el que un grupo de amigos, ya sexagenarios, se enzarzaban cuando, tras ver las primeras imágenes del acto de poder con la manifestación en Madrid de Podemos, uno de ellos preguntó:
–– ¿Y cómo le afectará a estos el gobierno de Syriza?
Todos sus contertulios movieron la cabeza a la vez en sentido negativo y unánimemente respondieron, como dueños de la mayor obviedad:
–– Mal.
Quien se atrevió a hablar primero, mientras se sentaba en un taburete y se acodaba en la barra, los miró a todos y dijo:
––Yo creo que el haber pactado con la ultraderecha ya les deja en evidencia.
Otro, de pie y cervecita en mano, argumentó que se iba a ver el desastre que suponía intentar llevar una política al margen de los mercados:
–– ¿Quién les va a prestar dinero?–– preguntó.
–– Rusia ­­––, respondió un tercero mientras cogía un altramuz y obviaba que Rusia está a las puertas de una inminente y profunda recesión
 Y un cuarto, el que se encontraba más alejado de la barra y con cierto aire de altivez y suficiencia, argumentó:
–– A Podemos lo que de verdad le va a perjudicar va a ser el enconado enfrentamiento del gobierno de Grecia con Ángela Merkel. ¿Alguien se cree que va a condonarles la deuda? ¿Sabéis lo que va a hacer Europa? Muy fácil; Europa simplemente no va a ceder y dejarán que se ahoguen lentamente. Tened en cuenta que si se produjese alguna concesión o trato de favor al gobierno de Syriza, entonces sí que se le estaría dando alas a Podemos ya que la gente pensaría que si Syriza lo consiguió, Podemos también podría hacerlo y, de esta manera, arrasaría en las elecciones. La Unión Europea le dará a Grecia la oportunidad de rectificar, pero si Grecia se obstina en seguir su camino, Europa le enseñará la puerta y creedme, a diferencia de lo que sucedía hace dos años donde la inestabilidad de los mercados podía causar un efecto dominó llevando a otros países periféricos al desastre y rompiendo incluso el Euro, hoy una salida de Grecia apenas perturbaría la economía de la Eurozona. Sí en cambio sería muy complicado un enfrentamiento de igual índole con un país como España ya que, en ese caso, por su tamaño, las consecuencias serían desastrosas para todos. Por esa razón y porque la batalla de Europa no es con Syriza ni con Grecia sino con gobiernos más importantes que pudieran caer en manos de partidos como Podemos, Ángela Merkel preferirá cortarse un dedo y mostrárselo tal cual, ennegrecido, fétido y podrido, a todo el mundo, para que la gente se lo piense, antes de que la gangrena quiera extenderse por igual al cuerpo entero.
Ante la obviedad de esta disertación y como si su compañero hubiera sentado cátedra, todos terminaron asintiendo con la cabeza y durante unos largos segundos se quedaron pensativos, mirando al suelo.
 
Pasadlo Bien.

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